Un breve acercamiento a la ciudad, su lenguaje, su gente, las marcas que tiene, como se desenvuelve, como reaccionamos frente a ellas... Un recorrido urbano por ciudades, pueblos, carreteras, personas...
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sábado, 22 de agosto de 2015
CUANDO EL VOZ A VOZ AFECTA LA MARCA PAÍS :::CULTURAS INCOMPRENDIDAS:::
En cuantas ocasiones no hemos sentido que lo sabemos todo sobre un país por las referencias de amigos que lo han visitado, incluso hemos llegado a sentir afinidad o repulsión por ciertas culturas que ni siquiera soñamos conocer, todo gracias al voz a voz de quienes se han atrevido a tomar un avión y cruzar fronteras.
Cada día son más los países que se unen al proyecto de marca país intentando canalizar esas ideas que el voz a voz da sobre sus territorios y que en algunas ocasiones no son las más acertadas.
Las marcas país tienen grandes retos desde la capacidad de definir toda una nación, con sus diferencias culturales, sociales e históricas en un solo concepto que logre cautivar al mundo entero (bueno, al mundo que hace turismo e inversión); acá se trata de aprovechar la diversidad para darle fuerza a un único concepto, el problema es que no todos los visitantes entienden la diferencia cultural.
En varias oportunidades me he encontrado con personas que han viajado por diferentes países y han compartido sus percepciones de manera desinteresada, el problema es lo que esas percepciones han podido causar en quienes les han escuchado.
Desde la idea de que los argentinos son prepotentes, los ecuatorianos son ventajosos, los venezolanos odian a los colombianos, los chilenos son déspotas y fríos, los paraguayos no son de fiar, los bolivianos son ladrones y ni qué decir de los colombianos*, son conceptos producto de la ignorancia de quienes han tomado un avión pero no han pasado las fronteras de su mente.
* Estas ideas no son compartidas por :::Marquillerìa Urbana:::, sólo se parafrasea lo que se ha escuchado en conversaciones.
Con estos conceptos erróneos y lo peor, generalizados, las marcas país deben lidiar día a día. Salir de un espacio para entrar en otro exige que los mismos países inviten en sus discursos como marca a ver más allá de lo que la lógica conoce, a despojarse de ideas preconcebidas que pueden ser agresivas e incluso xenófobas.
Uno de los compromisos de las marcas país es reconocer lo que se dice de ellas por fuera de sus territorios. Es el desconocimiento lo que impide que las marcas mejoren el encuentro de los turistas/clientes con ella.
El ejemplo de Francia en este caso es totalmente pertinente, donde el país y sus ciudadanos son reconocidos mundialmente por ser totalmente desagradables con los turistas lo que ha llevado al gobierno actual a iniciar una campaña de turismo para reducir la percepción de ser groseros y altaneros con los visitantes. Esta campaña incluye desde la flexibilidad en el idioma hasta nuevas políticas de servicio al cliente.
Como toda marca, independiente de lo que ofrece, los países deben reconocer con claridad qué se dice de ellas por fuera de su control para tomar medidas que permitan generar estrategias pertinentes de posicionamiento. No siempre el turista es culto, por el contrario, viajar ha perdido su significado bohemio y cultural para convertirse en parte de la validación social, lo que elimina por completo el objetivo de formación de "ciudadanos del mundo".
El turista que no entiende la cultura que enfrenta tiende a juzgarla desde su comprensión limitada del mundo, desde lo que conoce de su propia cultura que será siempre diferente a la de otros lugares.
Es necesario entonces que los países a partir de este análisis de quien lo visita, qué espera, qué conoce y como decodifica la información del país tome medidas inmediatas, especialmente cuando este concepto no se trata de una realidad común, sino de una malinterpretación de la historia o el resultado de algunos problemas coyunturales de la nación y su sociedad.
Para aclarar, los argentinos no son prepotentes, son orgullosos de su origen (y si están en su país la amabilidad es común entre todos); los chilenos no son déspotas o fríos, son personas reservadas pero cálidas que cuando abren su corazón pueden llegar a derretirte en atenciones; los colombianos no son ni ladrones, ni narcos, ni ventajosos, son personas alegres, "querendonas", orgullosas y apasionadas; y así con todas las naciones del mundo.
No se trata de desconocer los problemas sociales de cada nación, se trata de madurar como turistas y como marcas, comprendiendo que hay muchas ópticas para ver la realidad pero es trabajo de nosotros ayudar a limpiar la lupa con que se analiza cada situación.
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