Obviamente curioseando en la red, encontré información sobre el producto, pero lo más impactante fue leer lo que pasó en Australia:
“Hemos asegurado en nuestra publicidad que las pulseras Power Balance mejoran la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad. Admitimos que no hay pruebas científicas creíbles que apoyen nuestras afirmaciones y, por tanto, hemos incurrido en conducta engañosa en contra de la sección 52 de la Ley de Prácticas Comerciales de 1974″
Comunicado presentado por la empresa en Australia luego de comprobarse que Power Balance es simplemente una pulsera en silicona con un holograma de colores.
Qué se puede decir al respecto aparte que la mayoría de jugadores de la NBA la usan, desde Ronaldo hasta Beckham pasando por actores y presentadores de televisión.
En este punto, el mercadeo ha sido protagonista en generar un efecto placebo en quienes la compran (me incluyo e incluyo a mis amigas que me incitaron!). A quién no le dieron de pequeño pastillas de Tic-Tac para quitarle un dolor de estómago "que lo estaba matando"? En este momento los consumidores buscan solución a problemas que van más allá de las simples necesidades racionales, lo emocional, lo intrascendente, lo espiritual e incluso lo ilógico hacen parte ya de las nuevas necesidades del hombre.
Para nada justifico la publicidad engañosa, sobretodo cuando se habla de beneficios que podrían (y deberían) ser comprobados cientificamente; generar placer o la idea de placer y bienestar con productos engañosos no es nuevo en el mercado, desde pastillas para el dolor, la depresión hasta ideas religiosas o "nueva era" están en el día a día de los consumidores (quién no recuerda el fenómeno de El Secreto?)... todos necesitan en qué creer, lo que molesta es que eso cueste dinero (incluso a Cristiano Ronaldo).
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