Hace un par de semanas Barbie hizo el lanzamiento de su edición para coleccionistas de la muñeca junto con la firma de moda Moschino, ofreciendo una Barbie especial por el costo de U$150 que no evitó que la muñeca se agotara en la primera hora de venta.
Otra vez Barbie logra un hit comercial con un producto innovador y lleno de la esencia y el espíritu de la marca, pero más interesante que este éxito natural, es la apuesta por la inclusión y la ruptura de estereotipos que hace Barbie con el comercial que apoyaba la venta de esta muñeca.
Generemos primero un contexto.
Estamos en la época navideña y es natural que la primera pregunta que llegue a nuestra cabezas es ¿y qué regalo le llevo a este niño o niña? y la respuesta inmediata será: Niño carrito, Niña muñeca de preferencia azul y rosa respectivamente.
Llevamos décadas con esta separación no tan natural de los elementos de juego para los niños; es casi un pecado ver a un niño tomando una muñeca en una juguetería, los padres se avergüenzan, regañan al niño, le imponen un carrito o una figura de acción (que también es un muñeco pero musculoso y aguerrido)... pero nunca se preguntan si esa elección hace parte del ejercicio natural de exploración de todos los niños (incluso puede que sea su primer amor).
Bajo este estereotipo que se ha convertido en un estigma y casi tema tabú ninguna marca se había pronunciado, y mucho menos Barbie, un producto de relación directa y casi exclusiva con las niñas de todo el mundo.
El mundo está cambiando. La aceptación de la homosexualidad es cada día más natural en las nuevas generaciones, los medios y la publicidad están ayudando a hacer más tranquilo el cambio de mentalidad y la evolución, por eso era hora que las marcas tomaran este rumbo con rapidez.
Si bien muchas marcas de juguetes han ido rompiendo los estereotipos sobre la clase de juguetes que tiene una niña y un niño o la clase de historias con que deben soñar, aún es común ver en las jugueterías la división de niños y niñas debidamente identificada en los clásicos azul y rosa.
Para esta navidad, y retomando a Barbie, la marca ha decidido que sus productos son para niños y niñas; no se trató del desarrollo de un Ken musculoso o en rol de soldado para que los niños jueguen cómodamente, no, es la misma Barbie Moschino con sus prendas de diseñador quienes le hablan a los niños de todo el mundo a través de un hermoso pequeño que representa a Jeremy Scott (director creativo de Moschino) y que ha conectado con los niños.
Obviamente las críticas no se han hecho esperar especialmente porque se opina que la ruptura de un estereotipo se hizo utilizando otro estereotipo (el del niño gay), y bueno, eso también es innegable.
Marcas como NERF han desarrollado armas para niñas, sí, pistolas, rifles, arcos de color rosa con negro, pero armas finalmente (esto es un avance); LEGO por su parte en lugar de defender que sus juguetes eran para todos por igual se separó de esta tendencia y desarrolló Lego Friends para que las niñas no se sintieran relegadas por la marca.
Y así han sido varios los casos... pero insisto, el logro acá es lo que Barbie hizo, el ícono de la feminidad, ha decidido integrar a los niños en sus filas de seguidores (que muchos ya lo eran pero a escondidas) y así continuar con su acercamiento a mercados cada vez más cambiantes.
No sabría decir si Barbie pretende que más niños suelten sus GI Joe y salgan a pedir una Barbie, lo que es claro es que los niños que les gustan la Barbie se sentirán identificados con esta colección.
No es la primera ni la última vez que Barbie sorprende con alguna idea innovadora. Luego analizaremos su propuesta de campaña que invita a las niñas a ser quien siempre han querido ser (fuera de los estereotipos).
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