Cada día es más normal escuchar a la gente hablar sobre marcas artesanales, empezando por las cervezas y llegando a las comidas rápidas que empiezan a perder esa condición.
A Medellín han llegado marcas de esta naturaleza con productos hechos artesanalmente, con cuidado, dedicación y ofreciendo experiencias únicas que hacen que los clientes no sientan remordimiento pagando 30mil por un combo de "comida rápida" pero bien hecha... "Hecha con amor".
No se trata sólo de un buen producto, se trata de algo que entra en la categoría gourmet: carnes seleccionadas, panes artesanales con sabores diferentes, verduras orgánicas, salsas de la casa y la compañía infaltable de las papas en un formato rústico que cada vez gana más adeptos.
Y bueno, no es que en :::Marquillería Urbana::: seamos chef expertos, pero sí somos fanáticos de las ofertas novedosas que hacen que el mercado modifique sus opciones.
La llegada de estas alternativas tanto gastronómicas como experienciales, ha hecho que las marcas tradicionales como Presto, El Corral, e incluso McDonald's, abran sus ojos a estas ofertas e incluyan dentro de sus menús opciones también gourmet que atraigan nuevos clientes... algo interesante, pero debe haber más.
Hablemos específicamente del caso de la línea gourmet de McDonald's llamada Club House, una propuesta de producto especial, diferente a lo que se encuentra en su menú, con ingredientes especiales que esperan se destaque de sus competidoras.
Hasta aquí el ejercicio parece estar bien planteado: una oferta más adulta en sabor y por supuesto, en precio, que logrará cautivar a más de uno que ya sea fiel a la marca de los arcos dorados, pero será que con esta oferta logra la marca atraer a ese mercado que se ha volcado a los sabores artesanales? Permítanme dudarlo.
Si bien es interesante el esfuerzo que hace McDonald's con esta integración en su menú, también es cierto que la oferta de sus competidoras menos ortodoxas va más allá de una hamburguesa artesanal... se trata de experiencias alrededor del alimento, alrededor de la marca.
Se trata de un espacio cómodo y de un estilo de vida alrededor de la oferta: la hamburguesa es una excusa tangible de ese estilo de vida, no el centro de la oferta como sucede con la hamburguesa tradicional de la compañía multinacional.
Aclaro, no digo que sea una mala propuesta, desde el sabor y la calidad Club House es excelente, un producto 1A, pero en el consumidor de lo artesanal, pesa la experiencia y mucho, y eso va más allá de la trayectoria global de la marca.
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