Una de las noticias que más ha revolucionado los temas de marketing (aunque no era sorpresa), era la relacionada con la desaparición en Estados Unidos de la multinacional de entretenimiento Blockbuster, sin embargo, en Colombia las tiendas seguían funcionando sin novedad porque aún el mercado funcionaba para ellos; este tiempo también terminó.
Oficialmente se ha iniciado el cierre y desaparición de la famosa marca Blockbuster en Colombia, generando con esto un vacío importante para aquellas personas que aún disfrutaban del plan de ir a alquilar películas para pasar un fin de semana.
Blockbuster comenzó su decadencia en ventas después del año 2007, cuando empezaron a ver mellada su operación por la fuerza que la piratería empezó a tomar dentro de todos los sectores que consumen entretenimiento. Al igual que la industria musical, el alquiler de películas se ha visto afectado por este flagelo y si a esto se suma que con el tiempo grandes cadenas de alquiler de películas on-line legal han entrado en vigencia, parecería que la cadena simplemente estaba luchando contra una amenaza infalible y no se resignaba a morir con tanta facilidad.
Esta marca no es la primera en desaparecer dentro de este sector, otras lo han hecho por factores similares o porque nunca se prepararon para las nuevas tecnologías que iban apareciendo, convirtiéndose en lugares de culto para quienes aún se deleitaban con películas en Beta o VHS.
Para muchos es muy fácil culpar a la piratería del deceso de esta marca a nivel mundial, pero el tema es más profundo: la piratería no es nueva, siempre ha afectado los diferentes mercados y el entretenimiento ha estado en las primeras listas, así que convertirlo en el total culpable, tampoco es coherente.
Parte de la culpa de la desaparición de este tipo de marcas se debe a las marcas en sí, las cuales no sólo han pecado de prepotentes, sino que han olvidado que los mercados cambian, sus necesidades cambian y por ende la forma de satisfacer esas necesidades también.
Desde años atrás, compañías como Netflix ofrecieron sus programas comerciales a Blockbuster para proyectar su operación, decisión que la compañía rechazó y que hoy es parte del desmoronamiento de la marca. Decisiones estratégicas que incluían alquileres a domicilio, programas especiales de afiliación, atención on-line y tarifas especiales fueron rechazadas por la marca o analizadas cuando ya todos los demás lo hacían.
En poco tiempo la marca perdió esos pequeños detalles que la hacían especial e interesante para el mercado, en general, la marca se volvió obsoleta y peor aún, ya no ofrecía soluciones a los consumidores, lo que inevitablemente la lleva a morir.
Las marcas deben tener la capacidad de proyectar las dinámicas de los mercados y atender así sus necesidades a tiempo, no sólo para frenar la entrada de diferentes competidores, sino para garantizar la fidelidad del mercado con el paso del tiempo. Una marca por fuerte que sea debe basar su operación en las reales necesidades del mercado y no quedarse en las necesidades que puede suplir cómodamente.
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