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miércoles, 31 de julio de 2013

CUANDO POR UNA PALABRA SE PIERDE TODA UNA MARCA


Hace un par de semanas comenzó en Cali (Colombia) el campeonato deportivo denominado "Los Juegos Mundiales" o "The World Games", que reúne participantes de diferentes disciplinas de todo el mundo.

Adicionalmente del interés que despiertan las justas deportivas, algo inusual ha llamado la atención del país, incluso en primeras planas, cuando se ha mostrado como las medallas de los deportistas presentan un error en su escritura: en lugar de decir "The World Games" dice "The Word Games" (Los juegos de la palabra).


Este error no solamente ha sido tomado con todo tipo de burlas y comentarios sino que ha generado una serie de cuestionamientos a partir del trabajo de revisión que cumplen nuestros clientes.

Un amigo me pedía reflexionar sobre este tema, especialmente por mi compromiso como docente, no sólo se trata de criticar o burlarnos, sino de analizar lo que puede traer esto de fondo; trataré de cumplir con el pedido de mi gran amigo y colega:

- Si analizamos fríamente el tema, en verdad es imperdonable el error, no sólo por la ilusión que una presea significa para los deportistas, sino porque es una burla al trabajo de ellos.
- Se trata de un evento de grandes dimensiones y de interés del Comité Olímpico Internacional, no es un evento local o nacional, es mundial, y no se evidencia compromiso por parte de la administración.


- Nuevamente, y leyendo la prensa nacional, se hace clara la falta de responsabilidad y profesionalismo de los entes relacionados con las justas deportivas; en esta ocasión volvieron a inculpar a los proveedores de las medallas alegando que ellos hicieron mal su trabajo, eso es innegable, pero la responsabilidad es compartida en la medida que cliente y proveedor deben velar y revisar que los productos entregados se hagan a satisfacción, no de forma improvisada y apresurada.

Desde la publicidad qué podemos hacer? Desgraciadamente frente a un error como este sacar una buena campaña divertida, con toques de burla, no es la mejor solución para el COI (aunque sería la más lógica), obviamente algunos han osado en convertirla en la nueva campaña de Open English como lo hemos visto en redes sociales e incluso algunas escuelas de inglés la han tomado como ejemplo para impulsar sus programas académicos, pero para el comité organizador, esto no tiene una solución a nivel de imagen para este organismo.


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*La mascota de los Word Games

En algún momento comenté algo sobre un caso similar donde para muchos clientes es posible entregarle toda la responsabilidad al proveedor, una forma fácil de evadir su compromiso con el proceso creativo.

Si bien es cierto muchas veces al equipo de la agencia, a los diseñadores, a los proveedores y por supuesto, al cliente, se le pueden pasar cosas por alto, también es cierto que parte de la labor del equipo creativo es velar por la perfección en el desarrollo y producción de piezas para nuestros proyectos.


Más allá de pensar en una campaña que pueda limpiar la imagen de los juegos o más bien de la organización de los mismos, es hora de reflexionar sobre el compromiso que asumimos cuando se trata de eventos y actividades para nuestras marcas.

Sin embargo, algo que definitivamente no se debía hacer (y es lo que están haciendo nuestros amigos del COI) es "arreglando" el problema improvisando sobre la marcha: en este caso, con la ayuda de un láser, están remarcando las medallas para incluir la letra L que faltaba (¿?). No es posible improvisar, no es posible culpar a terceros, cuando la marca comete un error o permite que otros los cometan en su nombre no es una opción viable.


Un evento se debe gestar con claridad en sus objetivos, en sus requerimientos técnicos, legales, de personal, publicidad, etc. Todo debe ir en una secuencia lógica conservando con estricto cumplimiento los tiempos para evitar las improvisaciones y los errores de última hora. Por desgracia, cuando se trata de eventos confiamos en proveedores que son reconocidos y depositamos en ellos toda la responsabilidad de un proyecto, a menos que nuestra agencia tenga control total en la producción del material, es imposible determinar la capacidad real de un tercero para cumplir con sus compromisos.

Desde el momento en que se piensa un evento y se aprueban presupuestos, es ideal comenzar la producción de piezas (publicitarias y propias del evento), solicitud de permisos necesarios y por supuesto, la reserva y contratación del espacio donde se realizará el evento. A partir de la contratación de estos elementos, se continúa con aquellas que se consideran complementarias al evento pero igualmente importantes: recursos técnicos, personal de apoyo y logística, alimentación, aseo, seguridad, etc.


En realidad sí es posible generar una campaña publicitaria para mitigar el impacto de lo sucedido, y más aún, para tratar de darle un parte de confianza a los inversionistas y patrocinadores de estos eventos. Una campaña con un tono comunicacional emotivo, cercano, un poco lastimero, podría conectar emocionalmente generando el popular sentimiento de "hermandad" frente a un "eso le pudo pasar a cualquiera, pero veamos lo bueno"... sí, le pudo pasar a cualquiera, pero no debía pasar con un ente internacional que hace este tipo de eventos todos los días... dónde están los controles?


Esta reflexión invita a tomar una posición crítica frente al quehacer de diseñadores y publicistas. Con todo el respeto posible, no podemos dejar la responsabilidad de nuestro trabajo a terceros, nosotros conocemos completamente la intención de la marca y el peso que un error podría tener en el nombre de esa marca. Terceros no estarán jamás en capacidad de hacer lo que nosotros hacemos, de reflexionar frente a un proyecto y darse cuenta que no están entregando medallas, le están entregando un reconocimiento, un premio, un sueño para muchos... quien hace medallas no lo entiende, quienes vendemos y fabricamos ilusiones en un envase de helado sí sabemos de qué se trata.


Es hora de comprometernos con nuestros clientes, sus proyectos y por supuesto con nuestro gremio.

2 comentarios:

  1. Sin pretender disculpar al cliente que aprobó las medallas con el error de spelling, para usar el idioma del error, si creo necesario como publicista, como docente y como caleño, dejar en claro que en este caso el cliente ASUMIO SU RESPONSABILIDAD Y SE COMPROMETIÓ A ENMENDAR EL ERROR, lo que ya estan haciendo....Los WORLD GAMES DE CALI han sido un ejemplo de pundonor deportivo para Colombia, el continente y el mundo y lo de las medallas, que se está corrigiendo, no va a empañar este hecho, que algunos medios nacionales y de otras regiones han magnificado más allá de las proporciones, ocultando además que los directivos de los juegos, en cabeza de su director, se comprometieron a corregir, asumiendo como debe ser su total responsabilidad, siendo ellos quienes dejaron pasar el error....Con todo respeto como otro caleño orgulloso pido que este blog que admiro también rectifique.
    La mejor campaña publicitaria de los mundiales caleños ha sido su gran exito deportivo, la excelente organización y sus inmejorables instalaciones deportivas y hoteleras, reconocidas por todos los participantes, por los miles de turistas, por las autoridades deportivas del mundo, pero no tanto por algunos colombianos de otras regiones y parte de sus medios de comunicación, seguramente por ese regionalismo endémico y mal entendido que nos afecta a los colombianos.

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  2. Apreciada Luisa, ahora que culminaron los WORLD GAMES DE CALI con un rutilante éxito mundial de la ciudad para Colombia, el cual compensó con creces el lamentable error de diseño, diseñador y cliente, creo importante comentar sobre una de las razones más comunes por las que ocurren este tipo de errores.
    Cuando estamos, publicista, escritor o periodista inmersos en un trabajo largo y complejo, es común que a los que intervienen en él se "les pase un error" por el llamado fenómeno de la psicologia de la Gestalt, aquella que dice que "el todo es mayor que la suma de las partes" y por esta razón es siempre recomendable que alguien que no haya estado involucrado en el proyecto sea quien al final lo revise, pues esa persona, por ser ajena al día a día del trabajo que aprueba, tiene mayor claridad mental para ver en los detalles errores que los que están inmersos en el mismo no ven, o sea que pasan por encima de éllos porque ven la totalidad y no las partes, que es donde por lo general se encuentran los errores, como la L que le faltaba a WORLD.
    El "proof reading" o el trabajo de los correctores de prueba, sigue siendo por lo dicho indispensable en casos como el comentado y eso fue lo que faltó aquí.
    En las agencias en las que he laborado, en mis ya largos años en el oficio de los pregoneros, siempre se acostumbra a contar con una JUNTA DE REVISION CREATIVA, por aquello de que quien tiene el punto de vista externo siempre ve lo que los de adentro hemos pasado por alto.

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