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lunes, 6 de marzo de 2017

DE LO CULTO A LO MUNDANO ::: ¿YOGA AT THE MET?


"The Museum Workout" un programa lanzado por el Metropolitan Museum en New York parece una idea descabellada para los puristas del arte y la cultura... ¿pensar en hacer yoga dentro de un museo? para muchos es tan polémico como pretender hacerlo en una iglesia, pero sí, es la nueva tendencia.

Desde el año pasado uno de los programas más exitosos del museo es aquel que invita a las personas a inscribirse para una clase de yoga dentro del museo cuando éste no ha abierto las puertas al público, así, de la mano de expertos bailarines, los visitantes recorren el museo haciendo algunas de las posturas de yoga que no pongan en riesgo a las obras pero que permitan disfrutar de las instalaciones de una forma diferente.


La cultura se replantea y sale de su círculo virtuoso. No son los primeros ni los últimos. En España esta actividad ya se ha realizado exitosamente en el marco de exposiciones que tengan temas relacionados con el cuerpo, el bienestar y por qué no, el movimiento, así, no sólo los visitantes tienen una experiencia diferente sino que logran incluso integrarse a la obra del artista ampliando así su intención.

Pero no sólo es el MET quien lo hace, otros museos alrededor del país norteamericano, incluso en Europa, se han atrevido a abrir sus puertas a estos entusiastas del bienestar físico y mental, complementando su rutina deportiva con una visión diferente del arte, ya que cada recorrido trae consigo las explicaciones propias de una visita guiada al museo.


Y, ¿por qué combinar Yoga y Museos?, son varios los motivos:
1. Es una actividad que no representa mayores riesgos para el espacio. Por ser una actividad que se hace guiado, es menester del maestro de yoga evitar accidentes en los espacios del museo.
2. Es una actividad conectada con temas espirituales y de contemplación. Se disfruta el cuerpo y el entorno.
3. Es una actividad con un grupo de seguidores cada vez mayor, y como decimos en marketing, no es sólo cantidad, es calidad y la ventaja de los "yoguis" de ciudad es que son apasionados, constantes e invierten económicamente en estos temas.


En Colombia el manejo de los museos aún es tradicional y místico. Si bien los espacios alrededor se han adaptado para darle la bienvenida a diversos públicos (por ejemplo, el museo El Castillo se alquila para bodas y organizan picnics), en general las instalaciones están dirigidas exclusivamente al tema de la exposición de obras; aún se guarda con recelo el espacio para evitar situaciones de riesgo en las obras.




El tema de los museos hace parte de la naciente "Economía Naranja" o industrias culturales, que si bien no son nuevas en el mercado, su fortalecimiento como industria privada e independiente ha llevado al desarrollo de estrategias de marketing y comunicación únicas y especiales que conecten con todos los públicos a los que puedan llegar.

Ya no son sólo los días de museo para niños, se trata de pensar cómo atraer a los jóvenes, a los jubilados, a las mujeres, a los críticos, a los novatos y expertos, etc...

Felicitaciones por esta iniciativa. Una forma de aprovechar el estilo de vida del público objetivo para conectar emocionalmente y, ¿por qué no?, democratizar el consumo cultural en otras esferas.

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