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miércoles, 10 de agosto de 2011

DE LEGITIMADORES A PARIAS :::SOBRE EL CASO DEL "BOLILLO" GÓMEZ:::



En muchos post he hablado sobre el tema de los legitimadores de marca y el riesgo que representan para las marcas, sobretodo porque por encima de figura pública siempre serán humanos, aunque los medios y las marcas pretendan que no sea así.

Varios casos en el mundo de la publicidad se han visto, donde las marcas deben renunciar a sus "legitimadores" porque estos no se comportan "según la filosofía de la marca" (¡?) discutible pero cierto. Un personaje público pierde completamente control de su vida cuando firma un contrato con una marca, eso sí es "venderle el alma al diablo", pero por cifras millonarias.

Recordemos a Britney Spears cuando fue la imagen de Skechers, tuvo que ser despedida por sus actos "poco recomendables para la juventud", lo mismo pasó con Katy Perry, que antes de contarle al mundo que "le había gustado besar otra chica", era una de las consentidas de esta marca de calzado, y luego de eso, fue destituída también.



El escándalo actual ronda por cuenta de otro legitimador pero en otro contexto: Actualmente, la selección nacional de fútbol está en cabeza del técnico Hernán Darío "Bolillo" Gómez, una figura nacional por sus actuaciones con diferentes equipos de fútbol del país. En este caso, el "Bolillo" no sólo representa las marcas que patrocinan a la selección, sino que es considerado un empleado público que trabaja en una entidad que representa al país; bueno, este personaje en días pasados cometió una grave falta como consecuencia de unos traguitos, lo que hizo que una gran marca patrocinadora como Bavaria/SAB-Miller exigiera la renuncia del técnico a la selección.



Es acá donde comienza la discusión (que particularmente tuve con mi colega Ache) sobre el tema de "hasta donde llega la vida personal y empieza la pública" y salió la reflexión básica de "ya le vendió el alma al mercado, él ya no tiene vida privada" y esto es cierto, peligroso pero muy cierto! Peligroso para la persona y para las marcas patrocinadoras.

Cuando un legitimador está ligado además a conceptos de educación, imagen para jóvenes, ejemplo, formación, el tema es más delicado.

No existen normas o "tips" (tan de moda) para elegir un buen legitimador de marca; algunos creen que trabajar con jóvenes es un peligro por los excesos que la misma juventud puede traer, pero acá hay un ejemplo que la edad y la experiencia no exime a nadie de ser humano y más aún, que la misma "divinidad" que en un pasado de gloria se gane, no salva a nadie de ser eliminado de las filas de una marca si atenta en algún momento contra la filosofía de ella.

Esperemos a ver qué pasa con este tema, siempre al rojo, siempre vigente.

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