A pesar de la disputa, la compañía de entretenimiento DISNEY decidió poner freno también a la mala educación alimenticia de los niños, restringiendo la publicidad de comidas rápidas (o chatarra) en sus diferentes canales.
Estas iniciativas respaldadas por el gobierno y celebradas por la primera dama, buscan que se genere un compromiso total por parte de las megacorporaciones que generan este tipo de productos; ni Disney ni el alcalde buscan boicotear a estas marcas, sólo es un llamado de atención para que se comprometan con la salud de sus consumidores.
Algunas marcas han indicado de forma desafiante que la información en sus productos es una opción voluntaria que no puede ser impuesta, aún así, para Disney una propuesta alimenticia no debe superar las 600 calorías para ser considerada saludable y dentro de los estándares para que su marca sea auspiciante de los diferentes programas o películas de la cadena. Incluso los juguetes de las películas han sido retirados de las propuestas de comidas rápidas infantiles.
Hasta el momento marcas como Coca-Cola, McDonald's o Burger King no se han manifestado frente a la iniciativa presentando sus planes de acción que deben ir más allá de la comunicación de sus productos, por el contrario, estos deben apuntar al cambio en sus procedimientos, en sus ofertas y en la forma como se comunican.
Para la cadena esta nueva regulación comercial sólo se hará vigente a partir del año 2015, cuando los contratos publicitarios finalicen. Sin embargo, la compañía invita a sus anunciantes a que tomen la propuesta de manera positiva en pro de la calidad de vida de sus clientes y no sólo como un cambio publicitario.
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