Para nadie es desconocido el caso de la restauración de la pintura del ECCE HOMO en la localidad de Borja en España a manos de una parroquiana de 82 años llamada Cecilia Gimenéz (sí, con G), quien aprovechó sus dotes artísticas como pintora para darle una nueva "cara" a la pintura que ya requería de un proceso de restauración.
Este cuadro data del año 1930 cuando fue pintado en esta localidad por el artista local Elías García Martinez como un obsequio a la zona para invitar a la peregrinación, actividad que año tras año se ha desarrollado fielmente pero jamás con tanta afluencia como la que se ha vivido en los últimos días.
Ha sido tal el impacto por la obra, que las redes sociales han logrado colapsar con adaptaciones propias de la obra, algunas muy ingeniosas, otras no tanto, pero lo que es seguro es que esta particularidad puso a la localidad y a la pintura en el mapa mundial.
A raíz de esto, y sobretodo de las "adaptaciones" de muchas personas en la red, la alcaldía de la zona ha decidido solicitar el registro de la marca ECCE HOMO pero restaurada para "protegerla" de la burla grotesca que se está gestando en su nombre, obviamente, cualquier explotación económica en nombre de la obra, beneficiaría directamente a la población.
El caso ha sido importante, tanto que ya la localidad ha invitado a restauradores expertos para que intenten recuperar la pintura original con técnicas profesionales, lo que eliminaría del mapa el "divertido" rostro de interpretación libre de Jesús; esto era de esperarse, pero lo que no esperaban, es que se haya creado alrededor de la pintura todo un movimiento mundial que pide evitar la "restauración" de la restauración, ya que la obra ha sido analizada por expertos como una expresión muy contemporánea de la interpretación de la iglesia: "
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