Ayer estuve en fisioterapia por la tarde y me encontré con un niño de no más de 11 años que estaba esperando hacer la suya también... al parecer un partido de fútbol era el culpable de ese momento.
Mientras transcurría la espera, lo ví tranquilo manipulando las máquinas mientras escuchaba música en su iPod. A los pocos minutos apareció su mamá confundida porque no sabía quién había pagado el copago de servicio cuando el niño le dice tranquilamente "yo pagué, tranquila". Todos los presentes nos quedamos de una pieza al ver la propiedad con que este niño había asumido una responsabilidad que, por simple que parezca, es trabajo de un adulto generalmente.
Esto me hizo pensar en quiénes son los consumidores del siglo en el que estamos? Ya no son los padres o los adultos quienes escogen la ropa de los niños, son ellos quienes eligen, e incluso en muchas ocasiones, ellos mismos manejan su dinero para hacer sus propias compras acompañados de amigos. He visto en centros comerciales, como los niños se despiden de sus padres con total tranquilidad y horas después se encuentran en la zona de comidas para mostrarles lo que compraron.
Hablarle a un niño actualmente, es hablarle a un "adulto en envase pequeño" como digo yo; sus necesidades han cambiado, los niños pasan entre generaciones con una velocidad astronómica... hablarle a una niña de 12 años de la Barbie es casi insultarla! Ya quieren Blackberry, iPad, iPhone y si no se los regalan, ellos lo compran.
Estos cambios representan un nuevo reto para los profesionales de mercadeo, ya no se habla con niños, se habla con influenciadores y consumidores directos, se habla con conocedores de nuevas tecnologías, con viajeros, con lectores, con personas que tienen criterio.
Interesante ver qué pasará dentro de 10 años con niños que crecieron en la cultura de la dieta, el autocuidado, la tecnología excesiva, las comunidades virtuales, el mundo a un click!
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